viernes, 13 de noviembre de 2015

-Introduzca el titulo de la entrada-


Estas malditas voces que no cesan y justo cuando me siento a escribir todo se desvanece, es agotador hablar contigo mismo múltiples veces en un mismo día. Estoy cansada de las muecas que lanzo al aire y de lo profunda y estúpida que tengo la mirada mientras contemplo un cigarrillo, hasta siento que quisiera parecer interesante. Estoy agotada de este infinito vacío, de lo obsesionada que estoy con contar las lineas del rayado peatonal que están frente a mi balcón y la forma en la que hago el conteo, ¡vaya imbécil!. Se supone que debería estar feliz y no lo estoy y me lleno de asco sólo de pensar en eso, de asco de mi, las caminatas en la noche no ayudan, me siento aturdida al pisar calle, me siento encerrada al quedarme en casa, ¿tengo miedo o quiero tenerlo?, nada parece estar claro y es ingenuo y rebuscado intentar ver de forma más objetiva el panorama. Sé que todo esta bien, sé que no debería tener al alma haciendo el amor con la tristeza, me agobia pensar que soy una de esas adolescentes de cara larga y que intenta contarle al mundo sus pesares y lo miserable de su existencia, pero no, no soy ninguna de ellas, estoy enfadada conmigo. Siempre termino dando pedazos de mi que no quiero, como si viviera en una casa de prostitutas. Últimamente me enfermo seguido, no sé si serán los virus o si será que me estoy pudriendo por dentro, no se si es asesinato o suicidio,