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Estas malditas voces que no cesan y justo cuando me siento a escribir todo se desvanece, es agotador hablar contigo mismo múltiples veces en un mismo día. Estoy cansada de las muecas que lanzo al aire y de lo profunda y estúpida que tengo la mirada mientras contemplo un cigarrillo, hasta siento que quisiera parecer interesante. Estoy agotada de este infinito vacío, de lo obsesionada que estoy con contar las lineas del rayado peatonal que están frente a mi balcón y la forma en la que hago el conteo, ¡vaya imbécil!. Se supone que debería estar feliz y no lo estoy y me lleno de asco sólo de pensar en eso, de asco de mi, las caminatas en la noche no ayudan, me siento aturdida al pisar calle, me siento encerrada al quedarme en casa, ¿tengo miedo o quiero tenerlo?, nada parece estar claro y es ingenuo y rebuscado intentar ver de forma más objetiva el panorama. Sé que todo esta bien, sé que no debería tener al alma haciendo el amor con la tristeza, me agobia pensar que soy una de esas adolescentes de cara larga y que intenta contarle al mundo sus pesares y lo miserable de su existencia, pero no, no soy ninguna de ellas, estoy enfadada conmigo. Siempre termino dando pedazos de mi que no quiero, como si viviera en una casa de prostitutas. Últimamente me enfermo seguido, no sé si serán los virus o si será que me estoy pudriendo por dentro, no se si es asesinato o suicidio,

¿De novela, yo?

Si cuando voy a escribir mi obra maestra olvido la clave del blog,

sí, de novela.

A ella, tanto,

 que incluso cuando pienso cosas graciosas y estamos de pelea quiero recordarlas para contárselas,

 a ella.

Pelea contra el amor.

¡Que horrible estar de pelea con el amor!

Los perritos no saben que hacer, la grandota se vino conmigo, el peludito se quedo con ella, esperan tranquilos cualquier movimiento casual para el cambio de guardia, o quizás ya me conocen demasiado y saben que iré en busca de contacto, o ella, a veces es ella, no debo mentir.

De pie en el balcón logro verla buscando algo en la cocina, cruzo los dedos para que venga por mi, la pierdo de vista, giro de nuevo, pienso que se ha ido, que ya no será, que no podré decirle lo que llevo pensando estos tres cigarrillos que me han llenado los pulmones, subo la mirada de nuevo y esta ahí, pegada al cristal, abre la puerta, se acerca sigilosa, pregunta ¿Qué pasa? y yo...

-¡Que horrible estar de pelea con el amor!...
(aquí vamos de nuevo)

¿Visceral, yo?

Las entrañas me sudan, me lloran, me gritan.

¿Y qué?

Ya se hizo oscurito,  qué pasa que no estas aquí?
afuera suenan raro las cosas,  no he podido salir,
creo que el vecino está cantando bolero o no sé si seré yo por dentro,
ya se hizo oscurito dime por qué no estás aquí?

a.

Ya no juego a la mala, me he vuelto más fría, ya no las extraño, ni las pienso, ni las deseo tanto como antes; tampoco me revuelco con cualquier nena que conozco, no sé, desde que las quiero menos, las respeto más, quizás sea por la distancia, porque todo lo que me ha hecho perder la cabeza ahora lo tengo lo suficientemente lejos como para no desearlo, quizás sea eso, o... probablemente ya valí verga, y tengo que dejar de pensar en conseguir el amor, o a la que me coja como yo me cogería, POR DIOS!, quisiera clonarme, necesito clonarme; en cuanto a vicios sigo siéndolo para el resto, ya saben, los ojos grandes, los labios rojos, los dedos hábiles, y , hablo del físico porque es lo que cuenta ¿no?, para que hablar de mi interior, de mi hígado destrozado o de mis pulmones negros, para que hablar de mi tos constante y mi garganta seca, de mis fosas nasales congestionadas y mi espalda adolorida, mis rodillas cansadas y el maldito hombro izquierdo que cada que hace frío me mata...porque eso es lo de adentro ¿no?, lo que los soñadores dicen que es lo que en verdad vale, ¿o hablan de la otra basura?, ya no tengo nada claro, acaso se refieren a los sentimientos y el amor, la desesperación y las ansías de tenerte cerca, el deseo de tomarte la mano, mirarte a los ojos y que se me humedezca el alma, no, porque obviamente cuando hablan de lo interior no hablan de la locura que me da cada que pienso en ti, de todo lo que quiero compartir a tu lado, de lo patética que quizás sea por salir a hacer las compras del super y traerte tu cereal favorito, las granadillas y el queso para el fondue aunque no estés en casa, las ganas de llamarte los domingos para preguntarte cosas como ¿Amor dónde se guardan las toallas? o ¿Puedes ayudarme a manejar la lavadora? o ¿Qué días se baja el reciclaje?... ¿será eso? 

En fin sólo sé que fue un error inmenso no prestarte atención cuando me explicabas esos detalles, pero fue un error aún más grande pensar que siempre estarías aquí para hacerme el café en las mañanas y regañarme por cortar cosas sobre el mesón. 

ya mis cuchillos han perdido el filo.

He vuelto.

He vuelto, tráeme café, cigarros e hierba; no tengo claro en dónde estaba o en que me encontraba, pude haberme perdido durmiendo. cogiendo o bebiendo, también pudieron haber sido las tres, por ejemplo; pude haber estado ebria en la cama de alguna soñando mentiras. o, dormida en otros universos, en un estado de ebriedad y frenesí por su sonrisa, también pude haber estado cogiendo soñando con estar dormida o ebria; polvos, fantasías y alcohol los hay de todo tipo, y sí hay algunos que uno quisiera borrar, las resacas no sólo son físicas y para pesadillas no es necesario tener los ojos cerrados. En fin, he vuelto y las cosas por aquí parecen haber cambiado bastante, o tal vez lo necesario para no lanzarme del balcón al verme rodeada de la misma mierda, seguiré informando.