-Hasta Cuándo Diva? dijo él.
y no supe que responder, una noche más con el cepillo de dientes a la mitad de la garganta, una vez más con vómito de agua en el lava manos, por ser lo único ingerido en la mañana, eso y aquellas dos manzanas, un almuerzo ficticio intentando engañarme a mi misma, y que no sea por perder peso, sino por ser la manera que yo encontre para que deje de doler (todo y nada).
y él repitio -Hasta Cuándo Diva?
y yo le dije sonriente: hasta que deje de vomitar tanto falso amor, hasta que las lagrimas no salgan por mis ojos, hasta que deje de doler ó hasta que quiera intentar curarme.
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